Zidane se movía con la armonía de un solo ser con el balón. Con una maestría y clase suprema, él orquestaba el juego con fuego interior. Sus pases eran de una perfección pasmosa, como pinceladas magistrales en https://aronxmcw486558.myparisblog.com/39147364/italia-vs-francia-el-cabezazo-que-cambió-todo